Hdad. Paz y Esperanza
Nos situamos en la Ciudad de Córdoba el Jueves Santo de 1938, en la desaparecida ermita de San Juan de Letrán, del popular barrio de San Lorenzo, un grupo de amigos, vecinos del barrio y combatientes de la Guerra Civil que aquel momento se sucedía en nuestro país, se reunían entorno a una antigua imagen de Cristo, llamado de la Humildad y Paciencia (hoy custodiado en la Parroquia de San Lorenzo). De esta reunión mantenida entre este grupo emergió la semilla de una Hermandad de Penitencia. Terminada la Guerra Civil, tal y como acordaron, se procedió a la fundación de la misma. Un destacado miembro de este grupo, don Juan Calero Cantarero, encargaba al escultor Juan Martínez Cerrillo, la talla de una Virgen para la futura Hermandad, que en un principió se estableció en la Parroquia de San Andrés . El 8 de septiembre de 1939 sería bendecida dicha Imagen en San Andrés, bajo la advocación de María Santísima de la Paz y Esperanza. En el proceso de aprobación de Estatutos por parte del Obispado, se produjo un hecho relevante, la marcha de la Congregación de San Andrés por divergencias con el párroco, quedando la Imagen de la Virgen en casa de don Juan Calero. paz antigua En febrero de 1940 se autoriza el traslado de María Santísima a la Iglesia Conventual del Santo Ángel, donde se establece su sede de forma definitiva. El vigésimo cuarto día de dicho mes, una comitiva de devotos trasladaba a la Virgen de la Paz en una sencilla parihuela desde la Parroquia de San Lorenzo a la Plaza de Capuchinos, donde, ante el Cristo de los Faroles, fue recogida por los Hermanos Franciscanos de Santo Ángel y llevada a hombros por estos hacia el interior del Templo. Dos días después el Obispo de la Diócesis, don Adolfo Pérez Muñoz, aprobaba los Estatutos de la Hermandad, siendo su primer Hermano Mayor don Juan Calero Cantarero. Semanas después a la fecha, se celebraron los primero Cultos en honor de la Santísima Virgen, mediante una Triduo; el Viernes de Dolores de ese año se realizó un devoto Besamanos, estableciéndose para siempre ese día para la veneración de la Virgen. Aquel año 1940, el Convento de PP. Capuchinos de Antequera, donaba una imagen de San Juan Evangelista a la Hermandad, que acompañaría en las primeras salidas procesionales a la Imagen de la Virgen. Otro hecho sucedido en aquel año, fue la inauguración de la primera sede social de la Corporación, en el numero uno de la Plaza de Capuchinos.