martes, 23 de febrero de 2016
Hermandad del Caído (Córdoba)
El primer paso para la constitución de esta hermandad hay que fijarlo con anterioridad al año 1676 cuando el maestrescuela de la Santa Iglesia Catedral donó la sagrada imagen de Nuestro Padre Jesús Caído a los Carmelitas Descalzos del convento de San Cayetano, entonces denominado de San José. La donación de la imagen constituye el punto de partida del fomento de la devoción a Jesús Caído. El fervor despertado tiene un significativo refrendo en la capilla que se levanta en su honor a los pocos años, concretamente en 1676. A la imagen se la conoce con el título de Jesús Nazareno y será a partir de 1736 cuando se imponga la advocación de Jesús Caído.
Desde comienzos del siglo XVIII la imagen luce en la cabeza una corona de espinas de plata costeada con las limosnas de los numerosos devotos. La creciente devoción a Jesús Caído culmina en los inicios del segundo tercio del siglo XVIII, momento en el que se plantea la necesidad de levantar una suntuosa capilla que destaca por sus dimensiones y profusa decoración y que se inicia en noviembre de 1732 y se concluye en 1736. La efigie de Jesús Caído ocupa un lugar destacado en el altar central, mientras que en los dos colaterales se sitúan la antigua talla de Nuestra Señora del Socorro y dos nuevas imágenes que se encarga, Nuestra Señora de los Dolores y San Juan Evangelista. Los cultos dedicados a Jesús Caído y a la Dolorosa constituyen un indicador del notorio fervor que despiertan ambas imágenes. La importancia de este fenómeno justifica y explica el nacimiento de una cofradía pasionista en 1765 que procesionará unos lustros después el Jueves Santo por nuestra ciudad.
La fundación de la cofradía de Jesús Caído en 1765 marcará un hito importante en la devoción a esta imagen que procesionará, junto con Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad, por primera vez el Jueves Santo de 1779. Esta salida procesional levanta una gran expectación. Se da la circunstancia de que tras una pertinaz sequía, apenas traspasaban el umbral de su templo, de regreso de la procesión, cayó una lluvia torrencial, lo que en opinión del vecindario se atribuía a un prodigio de la imagen titular de la cofradía.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario