lunes, 7 de marzo de 2016

Más que un simple olor


Esto es un breve fragmento que dijo Juan Delgado Alba, un destacado abogado y cofrade sevillano, sobre el olor tan particular que desprende, por así decirlo, la Semana Santa.

“Un  día, alguien, dice lo que de pura verdad, se hizo tópico. –Ya huele a Semana Santa. Y es verdad lo que decimos. De pronto, aquel día, a lo mejor en un minuto concreto de aquella hora determinada, en la ciudad ha comenzado a oler a Semana Santa. No se piense que es porque los naranjos callejeros hayan repicado con más fuerza las blancas esquilas de los azahares o porque, allá en las alturas de las azoteas, los capullos de los claveles sembrados en macetas de barro o metalgrafiados latones de aceite, aceituna o zotal, hayan reventado como cuajarones de roja sangre olorosa a clavo, que es algo como oler a pasiones profundas y desenfrenadas. No; no crean que por solo algo de eso la esquina, la barreduela, el atrio del templo o el zaguán de la casa huelan ya a Semana Santa. Ni el azahar, dulzón como confitura monjil, ni tampoco, el clavel, ácido como especiera morisca, son culpables en solitario. El olor a Semana Santa, podríamos decirlo – y no nos equivocaríamos-  viene porque si”.

Se trata de un olor especial, un olor que no puedes hacer tu mismo. Es una mezcla de todo y de las ganas que tienes de poder pasear por las calles sintiendo más que oliendo ese olor. Os recuerdo que quedan exactamente 13 días para el Domingo de Ramos, ahora sólo nos queda esperar a la semana grande.

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